El informe de una investigación internacional encargada por Philips muestra distintos niveles de preparación para asumir los beneficios de los sistemas de salud digital conectados y el intercambio de datos.
Los resultados apuntan a brechas claras de percepción entre los profesionales de la salud y los pacientes cuando se trata de la rendición de cuentas y la capacidad para la prevención de la mala salud.
Philips dio a conocer los resultados de la primera edición de su Índice del Futuro de la Salud (FHI), un amplio estudio internacional que explora cómo se posicionan los países de todo el mundo para superar retos de salud mundial a largo plazo a través de las tecnologías de integración y atención conectada. Con el fin de mejorar la calidad, el acceso y la asequibilidad de la atención, los sistemas de la salud están cambiando cada vez más su atención de cuidados agudos en los hospitales a los nuevos modelos de atención integral y coordinada a lo largo del contínuum de la salud, desde vida saludable y prevención al diagnóstico, tratamiento y cuidados en el hogar.
Examinando las percepciones, comportamientos y actitudes de los pacientes y los profesionales de la salud, el Índice del Futuro de la Salud se centra en tres factores importantes y necesarios para avanzar hacia un sistema de salud más integrado: el acceso a los cuidados de la salud; la integración del sistema de salud actual; y la adopción de los dispositivos y sistemas de tecnología de la salud conectados.
Si bien los datos ilustran la creciente oportunidad para que la tecnología digital conduzca la transformación de la salud, el Índice del Futuro de la Salud también revela distintos niveles de disposición en todos los mercados y da a conocer las oportunidades de mejora para alentar la adopción de usuarios más amplia a nivel mundial.
Las tres cuartas partes (76%) de los profesionales de la salud en los mercados desarrollados están de acuerdo que sus pacientes tienen acceso a los tratamientos necesarios para condiciones médicas actuales y futuras, en comparación con poco más de la mitad (58%) de las personas en los mercados emergentes. Sin embargo, los mercados emergentes como Sudáfrica y los EAU parecen estar a la vanguardia en cuanto a la adopción de dispositivos conectados, y más profesionales de la salud en las economías emergentes esperan que los dispositivos conectados se utilicen para gestionar la salud en el futuro.
El estudio, que se ejecutará cada año, se llevó a cabo en colaboración con una firma de investigación de mercado global independiente en 13 países en los últimos meses. Más de 2,600 profesionales de la salud y 25,000 pacientes fueron interrogados en Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, Japón, Países Bajos, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y EE.UU.
Asignándole a cada país encuestado una puntuación promedio en base a 100, el informe de FHI muestra el estado percibido de preparación de cada mercado para que se beneficie de la integración a través de los sistemas de salud. Los Emiratos Árabes Unidos logró la puntuación más alta – 65.3 – entre todas las naciones participantes, los Países Bajos y China también vienen en alto, con una puntuación de 58.9 y 58.1, mientras que Alemania, Brasil y Japón recibieron las puntuaciones más bajas en términos de preparación, en 54.5, 50.6 y 49.0, respectivamente.
«El Índice del Futuro de la Salud ha puesto al descubierto una serie de áreas significativas donde los sistemas de salud deben transformarse si van a tener éxito en la prestación de atención basada en el valor a largo plazo», dijo Frans van Houten, CEO de Royal Philips.
«Sin embargo, es alentador ver que muchos países están empezando a partir de una posición razonablemente fuerte en su disposición a adoptar las tecnologías digitales conectadas que en última instancia conducirán la transformación. El FHI proporciona información valiosa para los pacientes, los profesionales de la salud y los políticos – tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes – en donde la atención debe centrarse en aumentar sus respectivos niveles de acceso, integración y adopción de la tecnología de la salud para mejorar los resultados de salud y la experiencia de los pacientes a largo plazo», señaló el directivo.
Otros hallazgos clave del estudio FHI mostraron que:
Los datos están proliferando, pero el intercambio de datos sigue siendo un reto. A pesar de los avances hacia los registros médicos universales en algunos mercados, la gran mayoría de los pacientes (74%) informan tener que repetir la misma información a múltiples profesionales de la salud, y la mayoría (60%) también ha experimentado hacerse varias veces las mismas pruebas. Mientras tanto, a pesar de que más de la mitad (57%) de los pacientes poseen o utilizan un dispositivo de cuidado conectado para monitorear diversos indicadores de salud, sólo un tercio de estos pacientes (33%) han compartido esta información con su médico alguna vez.
La tecnología es una cuestión generacional, tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes. Entre los países estudiados, los profesionales de la salud con menos experiencia y los pacientes más jóvenes son más propensos a ver, utilizar y compartir la información de la tecnología conectada que sus compañeros de mayor edad.
Esto indica que la adopción aumentará en los próximos años al paso que una generación «digitalmente nativa» crece cada vez más. Más de la mitad (57%) de los pacientes mayores de 18-34 informan poseer o utilizar al menos un dispositivo de monitoreo de la salud, y una cuarta parte (25%) siente que son conocedores de la tecnología del cuidado conectado, frente al 14% de las personas mayores de 55 años.
Los pacientes y los médicos se dividen en las percepciones de la capacidad del paciente para controlar su propia salud. Una clara mayoría de los pacientes encuestados (69%) sienten que no tienen los conocimientos necesarios para gestionar con eficacia su propia salud. Sin embargo, menos de la mitad de los profesionales de la salud (40%) están de acuerdo. Brechas de percepción también existen en términos de quién es responsable de la prevención de la mala salud. Los pacientes de más edad son más propensos a creer que son los guardianes de su propia salud – 79% de los pacientes con 55 años o más están de acuerdo en que son totalmente responsables de la prevención de problemas de salud en comparación con los pacientes más jóvenes (66% de los pacientes con 18-34 años de edad en todo el mundo).
Vale la pena buscar la integración y el intercambio de datos. Mayorías considerables de los pacientes y los profesionales de la salud (69% y 85%, respectivamente) creen que los sistemas de salud integrados y las tecnologías conectadas pueden mejorar la calidad de la atención a los pacientes, y la mayoría de los médicos (88%) está de acuerdo en que la integración puede tener un impacto positivo directo en la gestión de la salud de la población.
Áreas específicas de mejora deben ser trabajadas para incrementar la adopción más amplia de los usuarios a nivel mundial.
La burocracia es vista como un obstáculo importante. La mitad (54%) de los profesionales de la salud y el 43% de los pacientes indican que la burocracia del sistema de salud es una de las principales barreras para compartir más información y datos e integrar a los sistemas de salud en sus países.
Preocupaciones con costos, entrenamientos y datos bloquean el camino. La mitad de los profesionales de la salud y los pacientes (52% y 51%, respectivamente) creen que los dispositivos conectados para el cuidado aumentarían el costo de los cuidados de la salud en general, con preocupaciones sobre los recursos necesarios para las necesidades asociadas, tales como los entrenamientos y la seguridad de los datos que contribuyen a las preocupaciones en general.
Para leer el informe Índice del Futuro de la Salud en su totalidad, y para acceder a los datos del mercado local en profundidad, visite: www.futurehealthindex.com